viernes, 17 de julio de 2009
¿Vendrá una ola de presidencias vitalicias?
Por: Andrés Oppenheimer en Los Tiempos
…los países harían bien en recordar las famosas palabras del libertador Simón Bolívar, quien en su discurso del 15 de febrero de 1819, en Angostura, dijo: "Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo ciudadano en el poder: el pueblo se acostumbra a obedecerlo y él se acostumbra a mandarlo, de donde se originan la usurpación y la tiranía"
MIAMI.- Tras la victoria del presidente venezolano, Hugo Chávez, en el referéndum constitucional que habilitó la reelección ilimitada, es muy probable que veamos un "efecto de contagio" en la región: varios presidentes intensificarán sus esfuerzos para seguir sus pasos y convertirse en mandatarios vitalicios.
Aunque Venezuela es el único país latinoamericano sin contar a Cuba que autorizará la reelección ilimitada, por lo menos 13 países de la región han cambiado sus constituciones en los últimos años, ya sea para permitir una sola reelección consecutiva o para posibilitar que ex presidentes vuelvan a ocupar el poder después de pasar algunos años alejados del cargo.
Hay una ola reeleccionista en América latina y creo que existe una clara posibilidad de que más países busquen la reelección ilimitada, me dijo Daniel Zovatto, director regional del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA), con sede en Suecia.
El modelo narcisista-leninista de Chávez gana terreno. Por descabellado que parezca, en momentos de una crisis económica que está haciendo aumentar la pobreza, los presidentes de Bolivia y Ecuador han convertido sus ansias de reelección en uno de los ejes de la agenda política de sus países.
Ambos han realizado referéndums para aprobar enmiendas constitucionales que les permitan presentarse a nuevos mandatos consecutivos. Si ganan las elecciones previstas en ambos países para 2009, es de esperar que sigan el ejemplo de Chávez y procuren cambiar sus respectivas constituciones una vez más para poder presentar sus candidaturas ilimitadamente.
Apenas unas horas después de la victoria de Chávez, el periódico boliviano La Razón citó a Jorge Silva, uno de los principales legisladores del partido gobernante, que dijo que Bolivia podría necesitar una nueva reforma constitucional, porque la revolución socialista del presidente Evo Morales es "un proyecto político que tiene un alcance de 15 a 20 años de puesta en práctica".
Entre los otros países que han cambiado en años recientes sus leyes para permitir reelecciones por un mandato consecutivo se cuentan Colombia y Brasil. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ya ha declarado que no se presentará para un tercer período. El presidente de Colombia, Alvaro Uribe, todavía no ha dicho si se postulará nuevamente o no.
En estos momentos, hay en América latina al menos cuatro países con presidentes que ejercen mandatos consecutivos (Venezuela, Brasil, Colombia y la República Dominicana), y otros dos (Bolivia y Ecuador) cuyos líderes se presentarán para un mandato presidencial consecutivo este año.
Además, la Argentina está liderada por la esposa del ex presidente Néstor Kirchner, a quien muchos argentinos ven como el verdadero conductor del país. Otras naciones están gobernadas por ex presidentes que volvieron al poder, incluyendo a Alan García, en Perú; Óscar Arias, en Costa Rica, y Daniel Ortega, en Nicaragua.
Y puede que la lista se agrande con el ex presidente chileno Eduardo Frei y con el ex presidente uruguayo Luis Alberto Lacalle, quienes están entre los principales candidatos para las próximas elecciones en sus respectivos países.
¿Por qué tantos esfuerzos por legalizar las elecciones consecutivas? Porque muchos presidentes quieren aprovechar el viento de cola de los últimos cinco años de rápido crecimiento económico de la región.
Los altos precios de las materias primas aumentaron los ingresos de los gobiernos y permitieron a los presidentes financiar nuevos programas sociales y lograr altos índices de popularidad. No es casual que ahora, con la crisis, varios de ellos se estén apresurando para adelantar referéndums y elecciones, antes de quedarse sin dinero.
"Esta fiebre reeleccionaria es una mala noticia para la región", me dijo Zovatto. "Las frágiles democracias latinoamericanas no se fortalecerán con líderes carismáticos, sino con instituciones más fuertes y con una sólida cultura cívica."
Mi opinión: estoy de acuerdo. Los países latinoamericanos deberían tomar el ejemplo de Estados Unidos, donde los ex presidentes pasan a tener una vida cómoda en el circuito de conferencias, o el modelo de México, donde la reelección está prohibida.
De no ser posible eso, los países harían bien en recordar las famosas palabras del libertador Simón Bolívar, quien en su discurso del 15 de febrero de 1819, en Angostura, dijo: "Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo ciudadano en el poder: el pueblo se acostumbra a obedecerlo y él se acostumbra a mandarlo, de donde se originan la usurpación y la tiranía".
El autor es corresponsal extranjero y columnista de The Miami Herald y El Nuevo Herald
Fiebre reeleccionista en América Latina
El objetivo de este breve artículo es ofrecer una visión comparada latinoamericana del régimen legal, las tendencias de las reformas y, sobre todo, de las experiencias documentadas en materia de reelección desde el inicio de la Tercera Ola Democrática (1978) a la fecha.
Fiebre reeleccionista en América Latina DANIEL ZOVATTO Director Regional para América Latina de International IDEA.
Fiebre reeleccionista que vive América Latina en los últimos años cobró nueva fuerza con el reciente pronunciamiento de la Corte de Constitucionalidad colombiana que abre el camino para la reelección del presidente Uribe. Pero Colombia no es un caso aislado. En Costa Rica, donde estuvo prohibida desde 1969, fue reinstalada vía judicial por la Sala Constitucional en 2003 (en su modalidad alterna), y actualmente el ex presidente Oscar Arias es el favorito para las elecciones de febrero de 2006. En República Dominicana la modalidad de reelección consecutiva fue vedada en 1994, y nuevamente implantada por el Congreso a finales de 2002. Perú es el único país que en la última década marchó en sentido inverso a la tendencia reeleccionista, ya que luego de estar permitida en forma consecutiva (durante el régimen fujimorista), en el 2000 se la restringió a la modalidad alterna. El objetivo de este breve artículo es ofrecer una visión comparada latinoamericana del régimen legal, las tendencias de las reformas y, sobre todo, de las experiencias documentadas en materia de reelección desde el inicio de la Tercera Ola Democrática (1978) a la fecha. Situación actual y tendencia regional La legislación latinoamericana en vigor se inclina notoriamente a la reelección: más de dos terceras partes de los países de la región (14 de 18) la permiten. Sin embargo, la normativa presenta variaciones importantes. Mientras en cinco países (Argentina, Brasil, República Dominicana, Venezuela y ahora Colombia) la reelección consecutiva está permitida, en nueve casos sólo es posible después de transcurrido al menos un mandato presidencial (Bolivia, Costa Rica, Chile, Ecuador, El Salvador, Nicaragua, Panamá, Perú y Uruguay). Por su parte, únicamente cuatro naciones: Guatemala, Honduras, México y Paraguay prohíben totalmente la reelección. La tendencia regional de las reformas durante los últimos 27 años es claramente favorable a la reelección. Argentina, Brasil y Perú (en 1993), y Venezuela y República Dominicana (en 2002) pasaron de la reelección alterna a la inmediata. Cabe señalar, que República Dominicana realizó dos reformas en este tema: en un primer momento, en 1994, pasó de la reelección inmediata a la alterna, pero en 2002 volvió a la reelección consecutiva. Ecuador abandonó la prohibición total que había en materia de reelección y pasó a permitirla, pero sólo después de un mandato presidencial. En Costa Rica, como ya vimos, la Sala Constitucional la reimplantó, pero también de manera alterna. Por su parte, en tres países donde la reelección inmediata estaba permitida al inicio de la Tercera Ola, esa posibilidad fue modificada: en Paraguay está prohibida en todo momento; en Nicaragua sólo se admite después de transcurrido un periodo. Finalmente en el caso de Colombia hubo dos reformas: mientras en 1991 se adoptó un enfoque restrictivo (prohibición total), en 2005 se aceptó la reelección de forma inmediata. En cambio, Perú, como ya indicamos, pasó de la reelección inmediata (regulada en 1993), a la alterna (en 2000). Hay que acentuar que todas las reformas recientes en favor de la reelección, en especial en su modalidad consecutiva, tuvieron nombre y apellido: Menem en Argentina, Cardoso en Brasil, Fujimori en Perú, Chávez en Venezuela, Mejía en República Dominicana, y ahora Uribe en Colombia. En todos estos casos las reformas se llevaron a cabo durante la presidencia de mandatarios que buscaron su reelección inmediata, y que de hecho la obtuvieron en los cuatro primeros países. El único que no lo logró fue Mejía en República Dominicana, y está por verse qué pasará con Uribe en Colombia. Balance La experiencia comparada latinoamericana de los últimos 27 años ofrece interpretaciones para todos los gustos. En siete de los 14 países que permiten la reelección inmediata o alterna (Argentina, Bolivia, Brasil, Perú, República Dominicana Uruguay y Venezuela), la medida se ha ejercido. Venezuela es el único país donde dos presidentes ejercieron un segundo mandato (Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera), durante el periodo 1978-2005. En otros dos, El Salvador y Chile, si bien la reelección está permitida, ningún ex presidente la ha intentado hasta la fecha. En Panamá, el ex presidente Balladares durante su mandato trató de aprobar una reforma, vía referéndum, para cambiar de la reelección alterna a la consecutiva, pero fracasó en su intento. Por último cabe señalar los casos de Nicaragua y Ecuador, países en los que, pese a los intentos de algunos de sus ex mandatarios (Daniel Ortega en el primer caso; Borja, Febres Cordero y Hurtado, en el segundo), la reelección hasta ahora nunca ha tenido lugar. Desde el punto de vista de la conveniencia o el perjuicio de la reelección, existe un debate de nunca acabar, en el que suele incurrirse en confusiones importantes (no se hace distinción entre sistemas presidenciales y parlamentarios), o en el que se desconocen las diferencias de cultura política (entre el presidencialismo estadounidense y los latinoamericanos, por ejemplo), las cuales desempeñan un papel crucial en este tema. Los críticos sostienen que la reelección expone al sistema político al riesgo de una “dictadura democrática” y refuerza la tendencia hacia el liderazgo personalista y hegemónico inherente al presidencialismo. Apuntan, además, que los segundos mandatos son por lo general de mala calidad. Al menos seis experiencias desde 1978 a la fecha parecen confirmar los argumentos acerca de sus peligros y defectos: la de Stroessner en Paraguay (inconclusa como secuela del golpe de Estado de 1989, después de varias reelecciones sucesivas); la de Balaguer en República Dominicana (cuyo último mandato fue acortado de cuatro a dos años a consecuencia del fraude cometido durante su última reelección en 1994); la de Fujimori en Perú (inconclusa debido a su fuga del país por fraude y corrupción); la de Menem en Argentina (acosado por problemas económicos, desempleo y denuncias de corrupción), así como los mediocres segundos gobiernos de Carlos Andrés Pérez (inconcluso por destitución) y de Rafael Caldera en Venezuela. Los defensores de la reelección, por el contrario, argumentan que ésta permite aplicar un enfoque más “democrático”, en la medida en que posibilita a la ciudadanía elegir con mayor libertad a su presidente y responsabilizarlo por su desempeño, ya sea premiándolo o castigándolo según sea el caso. Si bien durante el último cuarto de siglo en América Latina son únicos los ejemplos de Cardoso en Brasil (inmediata) y de Sanguinetti en Uruguay (alterna), constituyen experiencias moderadamente positivas de ambas modalidades de reelección —aunque en ambos casos sus primeros mandatos fueron más exitosos que los segundos—. Diferente suerte corrió la experiencia de Gonzalo Sánchez de Lozada en Bolivia, que tuvo que renunciar a mitad de su periodo. Aún está por verse la suerte que correrá el gobierno reelecto (bajo la modalidad alterna) de Leonel Fernández en República Dominicana, único presidente reelecto en ejercicio en este momento en América Latina. Sin embargo, este panorama podría cambiar radicalmente en los próximos dos años cuando una docena de los países de la región realicen sus elecciones presidenciales, en las cuales varios mandatarios actuales (Uribe en Colombia, Lula en Brasil, Chávez en Venezuela, Kirchner en Argentina) podrían buscar su reelección inmediata mientras que otros (Quiroga en Bolivia, Arias en Costa Rica, García en Perú, Ortega en Nicaragua) su reelección alterna. Esta fiebre reeleccionista, en mi opinión, es una mala noticia para una región como la nuestra caracterizada por la debilidad institucional, la personalización creciente de la política y el hiperpresidencialismo. El fortalecimiento y la consolidación de nuestras frágiles democracias no pasa por líderes carismáticos y providenciales sino por la calidad de las instituciones, la madurez de los ciudadanos y una sólida cultura cívica.
Ola reeleccionista en América Latina
- El largo tiempo sin alternancia en el poder produce la usurpación y la tiranía
Daniel Zovatto es director regional para América Latina de International IDEA
La ola reeleccionista que vive América Latina en los últimos años cobró nuevo impulso con el reciente referéndum venezolano, celebrado el pasado 15 de febrero, en virtud del cual quedó aprobada la reelección indefinida en Venezuela. Esta modalidad de reelección, que recuerda los tristes antecedentes de reelecciones indefinidas de personajes de dudosas credenciales democráticas como Stroessner en Paraguay, Balaguer en República Dominicana y otros, no es una noticia alentadora para la democracia de la región. Y, como se observa, a menos de 24 horas de su aprobación, ya ha generado posibles efectos de contagio en Bolivia.
Situación actual y tendencia regional. La legislación latinoamericana en vigor se inclina notoriamente a la reelección: está permitida en más de dos terceras partes de los países de la región (14 de 18). Sin embargo, la normativa presenta variaciones importantes. En Venezuela se permite la reelección indefinida. En seis países (Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, República Dominicana y Colombia) la reelección consecutiva está permitida, pero no de manera indefinida. En otros siete casos solo es posible después de transcurrido al menos un mandato presidencial (Costa Rica, Chile, El Salvador, Nicaragua, Panamá, Perú y Uruguay). Por su parte, solo cuatro naciones prohíben totalmente la reelección: Guatemala, Honduras, México y Paraguay.
La tendencia regional de las reformas durante los últimos años es claramente favorable a la reelección. Argentina, Brasil y Perú (en 1993), y Venezuela y República Dominicana (en 2002) pasaron de la reelección alterna a la inmediata. Cabe señalar, que República Dominicana realizó dos reformas en este tema: en un primer momento, en 1994, pasó de la reelección consecutiva a la alterna, pero en 2002 volvió a la reelección consecutiva. Perú, en cambio, pasó de la reelección consecutiva (regulada en 1993), a la alterna (en 2000). En el caso de Venezuela también hubo dos reformas: en un primer momento se pasó de la reelección alterna a la consecutiva y, ahora, de la consecutiva a la indefinida.
Ecuador abandonó la prohibición total que había en la materia y pasó a permitirla, aunque solo después de un mandato presidencial en un primer momento, y de manera consecutiva (solo por un periodo más) en el marco de la nueva Constitución aprobada en septiembre de 2008. En Costa Rica, donde estuvo prohibida desde 1969, fue reinstalada vía judicial por la Sala Constitucional en 2003, pero de manera alterna. En Bolivia, la nueva Constitución (aprobada vía referéndum el pasado 25 de enero y promulgada el 7 de febrero) permite la reelección consecutiva aunque la limita a un solo periodo.
Por su parte, en tres países donde la reelección inmediata estaba permitida al inicio de la Tercera Ola (1978), esa posibilidad fue modificada: en Paraguay está prohibida en todo momento; en Nicaragua solo se admite después de transcurrido un periodo. Finalmente en el caso de Colombia hubo dos reformas: mientras en 1991 se adoptó un enfoque restrictivo (prohibición total), en 2005 se aceptó la reelección consecutiva.
Hay que acentuar que todas las reformas recientes en favor de la reelección, en especial en su modalidad consecutiva, tuvieron nombre y apellido: Ménem en Argentina, Cardoso en Brasil, Uribe en Colombia, Fujimori en Perú, Chávez en Venezuela, Mejía en República Dominicana, Correa en Ecuador y Morales en Bolivia. En todos estos casos las reformas se llevaron a cabo durante la presidencia de mandatarios que buscaron su reelección inmediata, y que de hecho la obtuvieron en todos los países salvo en el caso de Mejía en República Dominicana que fue derrotado por otro ex presidente, Leonel Fernández, quien regresó al poder (vía reelección alterna) y luego se le reeligió de manera consecutiva en 2008.
Balance. La reelección es un tema muy controvertido tanto desde el punto de vista teórico como práctico. La experiencia comparada latinoamericana de los últimos treinta años ofrece interpretaciones para todos los gustos. En 10 de los 14 países que permiten la reelección inmediata o alterna (Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Nicaragua, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela), la medida se ha ejercido. En El Salvador, si bien la reelección está permitida, hasta la fecha ningún ex presidente la ha intentado. En Panamá, el expresidente Balladares durante su mandato trató de aprobar una reforma, vía referéndum, para cambiar de la reelección alterna a la consecutiva, pero fracasó en su intento. Igual suerte corrió el ex-presidente Endara. En el caso de Ecuador, pese a los intentos de algunos de sus exmandatarios (Borja, Febres Cordero y Hurtado), la reelección nunca ha tenido lugar hasta ahora, pero esto parecería estar a punto de cambiar con la casi segura reelección de Correa prevista para este mes de abril. En Chile, la candidatura del ex presidente Frei para las elecciones presidenciales de diciembre de este año, marcan el quiebre de una tendencia que prevalecía hasta ahora en el país trasandino, en el sentido de que ningún ex presidente había intentado volver al poder.
Por su parte, desde el punto de vista de la conveniencia o el perjuicio de la reelección, existe un debate de nunca acabar, en el que suele incurrirse en confusiones importantes (no se hace distinción entre sistemas presidenciales y parlamentarios), o en el que se desconocen las diferencias de cultura política (entre el presidencialismo estadounidense y los latinoame- ricanos, por ejemplo), las cuales desempeñan un papel crucial en la materia.
Críticos y defensores. Los críticos sostienen que la reelección expone al sistema político al riesgo de una “dictadura democrática” y refuerza la tendencia hacia el liderazgo personalista y hegemónico inherente al presidencialismo. Apuntan, además, que los segundos mandatos son por lo general de mala calidad. Al menos siete experiencias desde 1978 a la fecha parecen confirmar los argumentos acerca de sus peligros y defectos: la de Stroessner en Paraguay (inconclusa como secuela del golpe de Estado de 1989, después de varias reelecciones sucesivas); la de Balaguer en República Dominicana (cuyo último mandato fue acortado de cuatro a dos años a consecuencia del fraude cometido durante su última reelección en 1994); la de Fujimori en Perú (inconclusa debido a su fuga del país por fraude y corrupción); la de Ménem en Argentina (acosado por problemas económicos, desempleo y denuncias de corrupción); la de Gonzalo Sánchez de Lozada en Bolivia, que tuvo que renunciar a mitad de su periodo, así como los mediocres segundos gobiernos de Carlos Andrés Pérez (inconcluso por destitución) y de Rafael Caldera en Venezuela.
Los defensores de la reelección, por el contrario, argumentan que ésta permite aplicar un enfoque más “democrático”, en la medida en que posibilita a la ciudadanía elegir con mayor libertad a su presidente y responsabilizarlo por su desempeño, ya sea premiándolo o castigándolo según sea el caso. Si bien durante las últimas tres décadas en América Latina existen pocos ejemplos de experiencias positivas de ambas modalidades de reelección, entre ellas las de Cardoso en Brasil (consecutiva) y las de Sanguinetti en Uruguay y de Fernández en República Dominicana (ambas alternas), aún está por verse la suerte que correrán los Gobiernos reelectos (bajo la modalidad consecutiva) de Chávez en Venezuela, Uribe en Colombia y Fernández en República Dominicana, así como los de Óscar Arias en Costa Rica, de Alan García en Perú y de Daniel Ortega en Nicaragua (bajo la modalidad alterna).
Una mala noticia. Una mirada del mapa político latinoamericano nos advierte de que esta ola reeleccionista va ganando fuerza. Actualmente tres presidentes de América del Sur han sido reelectos de manera consecutiva (Lula, Uribe, Chávez) y una de manera alterna (García), mientras otros dos (Correa y Morales) buscarán su reelección durante el presente año, y es muy probable que la obtengan. Otros tres presidentes de Centroamérica y el Caribe han sido reelectos, Fernández en República Dominicana (consecutiva) y Arias y Ortega en Costa Rica y Nicaragua (alterna). No está claro aún si Uribe buscará su segunda reelección en 2010. Por su parte, en Uruguay, el expresidente Lacalle está peleando su nominación dentro del Partido Blanco para las elecciones presidenciales de noviembre de este año. No hay que descartar que para las elecciones presidenciales de Argentina de 2011 la actual presidente Fernández o su marido, el expresidente Kirchner, busquen también la reelección (consecutiva o alterna según sea el caso). Sin embargo, lo que sí está claro es que Chávez buscará su reelección indefinida a partir del 2012.
Como se observa, nos encontramos ante una fiebre reeleccionista que, en mi opinión, es una mala noticia para una región como la nuestra caracterizada por la debilidad institucional, la creciente personalización de la política y el hiperpresidencialismo. El fortalecimiento y la consolidación de nuestras frágiles democracias no se obtendrán a través de líderes carismáticos y providenciales sino por la calidad de las instituciones, la madurez de los ciudadanos y una sólida cultura cívica. Como bien advirtió Simón Bolívar en su discurso del Congreso de Angostura, un 15 de febrero de 1819 (curiosamente el referéndum de Chávez también tuvo lugar un 15 de febrero), “...nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo ciudadano en el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerlo y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía”.
jueves, 4 de junio de 2009
¿CÓMO AFECTA LA MÚSICA LA PERSONALIDAD ?
La música es considerada un elemento de cohesión y en los grupos de adolescentes donde este elemento ejerce esa función las creencias se generan a partir de ella, la música es la que determina la forma de vestirse, de peinarse, moverse y hasta la forma de hablar. Este conjunto de creencias construye la identidad de ese grupo, vemos como esta población es la que mas compra material discográfico, ya que a través de ella reflejan una serie de bienes culturales, como es de mostrar ser original, independiente o rebelde, muchas veces estas personas desean ir contra la corriente o mostrar una forma de identidad diferente a la que los padres deseen o la sociedad exija. La música es un punto de encuentro entre personas de una sociedad vemos como desde una trenza en el cabello, un anillo en la nariz, hacen que interactúen personas por tener algo en común , esta genera un estilo de vida , un vinculo social y fuerza espiritual, es decir esta muestra la personalidad de muchas personas. Por lo tanto, la música tiene un aspecto sociológico, ella hace parte de la estructura cultural, producto de las clases sociales pero también de los medios de producción. La sociedad genera la música como su producto cultural. A la vez, ese producto modifica a la sociedad ya que la agrupa de diferentes maneras, genera grupos de pertenencia, implanta valores, ideales, los difunde genera modelos de ídolos, se generan nuevas creencias, todo con la influencia de la música.
La música produce impacto psicológico, es decir no solo produce, cambios en las conductas del hombre, y en la sociedad, sino que también hay cambios internos, la música también podría impactar en los juicios, y es probable que así sea. Es por eso que la música tiene un efecto amplio en las vidas y en nuestra sociedad. es un gran instrumento de manipulación y genera entre sus oyentes diversas consecuencias y reacciones, sicológicamente produce una constante resignificación y una reestructuración de la estructura social , en el interior de las personas puede determinar conductas , por instalación de valores , ejerciendo una gran influencia en la personalidad de las personas.
VISITA AL MUSEO DEL CARIBE
En la primera sala la cual se llama “Naturaleza “encontramos una pantalla inmensa la cual nos muestra un video donde se puede apreciar el fondo del mar de nuestras costa caribe, así mismo, sus costas, superficie, montañas, desiertos y los parques nacionales donde se aprecia el ecosistema, de igual forma individualmente enseña los ecosistemas de agua dulce, mar, tierra. La historia geológica de la península de la guajira, sierra nevada, islas del rosario, sierra nevada y depresión momposina.
La segunda sala “de la gente “contiene una choza como de 10 metros de alto donde se observa una replica de cómo efectúan los mamos sus ceremonias, seguidamente nos muestra las tradiciones culinarias de nuestra región caribe, en esta sala la música ocupa un papel importante, ya que ella anima al visitante y lo transporta al momento o al lugar que se está visitando en el museo.
La tercera sala “de la palabra “encontramos varias salas pequeñas, donde muestran en cada una de ellas videos de personajes de cada región, personas que con sus cantos van describiendo el costumbrismo de cada región como por ejemplo: San basilio de Palenque, Sincelejo, Guajira.
En la sala de “acción “se nos enseña una gran cantidad de objetos oriundos de nuestra región caribe como por ejemplo: canoas, machetes, canaletes, ollas de barro, mechones, planchas de carbón, cuchillos antiguos, teléfonos, y otros objetos antiguos, de diferentes épocas.
La sala de “expresión” es casi exclusivamente una muestra de la música de nuestra región caribe allí se aprecian cantantes importantes como el Joe arroyo, Emiliano Zuleta Baquero, Lucho Bermúdez, artistas de san Andrés Islas, se pueden apreciar los diferentes instrumentos con que se toca esa música, entre otros, maracas, guitarras, quijadas de burro.
En la última sala se aprecian videos que muestran personajes bailando, música autóctona de la región caribe y personas ejecutando diferentes instrumentos como el saxofón, clarinete, gaita, maracas, flauta, batería, guitarra, trompetas y acordeón.
Este recorrido por El Museo Del Caribe, me ha dejado totalmente impresionado de cómo ha sido la evolución cultural en nuestra región, de donde provenimos y como la música es un componente fundamental en el desarrollo histórico y cultural de nuestra Región Caribe.